miércoles, 26 de diciembre de 2007

Pandora

Estando en mar de emociones,... se abrió
dejando salir las olas blancas ,
los males, las dudas, y acciones,
que ocultan entre negras nubes,
la verdad que nadie supó,
hasta que en aquel momento,
desde el fondo de la caja,
salió bella damisela, dando en aliento azufrado,
para un ultimo soplido,
de no volver a caer,
que la cuerda sobre el fuego,
no se rompa en el intento.

martes, 18 de diciembre de 2007

Susurro al viento

"...Litros de matiz tinto derramado,
Invocando con esmero la razón,
Ni el ente truculero de Aristóteles
Que en nocturno comenzaba su sesión,
Rompiendo de ganancia pesadillas,
Armando con sus restos inordeados
Lograron que en lejanas serranillas,
Se perdieran creando figurados,
Mis sueños torturas que en profetas,
Hablaban del pendiente encadenado..."

martes, 11 de diciembre de 2007

Concluciones de la clase "Historias de las religiones"

Creo en un ser

Creo en el ser que no mata, que cae
y llora sangre por sus ojos blancos,
por el incienso y las armas afiladas;
por los hombres que se preocupan,
como niños pequeños, para ver,
basándose en palabras y cinco dedos,
quien tiene la razón mas absurda.

Creo en el ser que no huye,
que no es humano, por que no es torpe;
que guarda entre sus dedos invisibles,
un trozo de esperanza de la húmeda,
con la que espera no ser creído
por el estúpido esculpido en la arena,
que sopla y hace olas que lo deshacen.

Creo en el ser que no espera
que la cárcel de villanos se llene de creyentes,
y que beban inasibles su sangre sin conciencia,
cuando charolas de profetas se llenen monedas,
pagando en plazos cortos, de absurdos reglamentos,
mientras indignos beben en rasposos tragos
la tinta que a borrones ha oído sus talentos.

Creo en un ser ilegible que conoce navaja,
pues el tiempo le ignora las canas de su barba,
que nunca se ha prestado para inspira arte,
aunque lo diga convencido el ente quien lo llama,
-Pues aunque no supongo que crean estas palabras,
Creo ser el pintor que entre acuarelas idas
Mira mi amada obra y toma una guitarra.

sábado, 1 de diciembre de 2007

De paseo en la FIL

Mirando en pasillos de párrafos caros,
Camino perdido y oculto de mí,

Las ganas caníbales de correr huido

Tras grupo de tinta que no busco aquí.

Mirando en pasillos de párrafos caros,
Pues no tengo aureola ni ganas ni nada,
Yo no mezclo alegre mis penas en tarros,
Pues ahora me ahogo en quimeras vagas.

Entonces me marcho en torres de aroma,
Camino perdido y oculto de mí,
El sabor a libro que en mi mente asoma,
Un estante ajeno que me diga un si.

Ya no desespero en hacer suicido,
Jamás me detengan ni pidan segundo
Las ganas caníbales de correr huido
Me toman del fondo de aquel y este mundo.

La sobreviviente de caja Pandora,
Me susurra fúnebre un pequeño “si”
Y usando las sumas, mi moneda llora,
Tras grupo de tinta que no busco aquí.


viernes, 23 de noviembre de 2007

Viernes caido

¿Que se hace cuando la nada devora el tiempo que resta? Cuando no hay tiempo para reír y las letras se comen lo poco que te queda. Cuando voy, y caigo al mundo donde todo lo que veo es nubes rosas y coyotes que se burlan de mi ociosidad.

Que burla. ¡Maldito viernes por la tarde de dos horas! ¿A quien se le ocurrió? Tal vez alguien dijo: -creemos al viernes concentrado en dos horas y pongámoslo frente a un mortal soberbio-, Dios es raro, mira a los hombres como quien el pintor que mira un cuadro y se va estudiar medicina.

Dios se pone a jugar a la fémina coqueta, al abogado terco, al tiempo.... y gana, pues dios, creador de todo. Gran arquitecto universal. Juega a con miles avatares en un mundo virtual llamado tierra. Juega a que puede volar con olor a incienso entre los cabellos. Juega a que no puede ser nada, juega a ser dios. El juego mas difícil jamás puesto a la venta, (para mayores de 1000 mil millones de años en adelante).

¡Oh desgraciado viernes comprimido! ¡Dios juguetón y creador de la güeva!

Dichoso aquel que en los ayeres del tiempo, miro el cielo, mientras escucha ladridos primitivos, y vio nubes rosas.

lunes, 19 de noviembre de 2007

En la mañana

Tengo una hora para hacer corajes por un zumbido de mala mosca
como si el mundo, dijera Antonio, tuviera cara que le importara
a un mortal que calla moviendo el péndulo del destino escrito y quieto.

Pidiendo en ruegos respuesta tosca,
Con diez segundos empiezo ya el día, con la creencia del primer mensaje
Entonces digo en único ultraje,
Tengo una hora para hacer corajes por un zumbido de mala mosca.

Queriendo solo que el “yo” sanara,
Cuando aquel saludo llega guiado por la ruta de ondas invisibles,
menos tus dedos tan insensibles,
Como si el mundo, dijera Antonio, tuviera cara que le importara.

Y entonces calló y lleno de gozo,
pues la mañana se baña de luz, al no haber caído tentada en mi reto,
eres tu estrella, la que siempre acoso,
a un mortal que calla moviendo el péndulo del destino escrito y quieto.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Liras de respuesta

Que silencien los ingratos,
jamás lograran asediar las lugubres horas de mi vida,
y si usaran provocarme en ratos,
desterrare de su rostro parco, mi graciosa huida.

Momento es de planear el ayer,
bajo el incesto "hubiera" que es cruel verdugo,
que si guarda aroma de mujer,
es por que dócil soberano fui bajo su yugo.

Me digo portador de sublime lazo,
Aunque me destierren en creencia de corros masculinos,
augur soy que al llegar el plazo,
serán los mentores siguiendo mis pasos en mismos caminos.

Que silencio guardan táctico secreto,
son como la lluvia que mofa a laguna por estar mojada,
quizás frente muchos han ser discreto,
pero tras manos de incienso, buscan prenda osada.

Entonces les digo a ellos parlanchines,
que celosos guardan tremendas fortunas y gritan avaro,
que no juzguen hechos, sin conocer fines,
cuando tienen la culpa de dicha en hombro sentado.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Poema 55

¡Si se pudo! ¡Si se pudo! Un poemita de 55 silabas, y cuatro herramientas

Poema 55

Un hueco en el tiempo toco a mi ventana,

-que extraño no te había visto-

dijo el bache con alegoría mortal,

-¿Aquí vives? ¿Desde cuando?

Silenciossssssss…….

¡Camina en la pena del segundo quieto!

Luis Rangel

jueves, 25 de octubre de 2007

Muere ahora, amor.
Cae sobre tus deseos enfermos,
desgracia mía fija,
Malditos ángeles huidos tuyos,
que no nacen,
Con un baño fino de paciencia,
que no tienes.
Suave piel, limpia con sudor y oro.
Malditos placeres.
Duros cúmulos en tu pecho negro,
fríos, huidos,
Nunca fueron tuyos o míos siquiera
solo de nadie,
de los fantasmas con plata maldita.
Lujuria perturbante.
Sendero divulgado entre tus piernas,
sin esmero;
caricias heladas entre tus muslos acres,
tu espalda occisa,
ya su final, no buscan mis dedos,
ni mi boca.
Astillero de jade clandestino.
Posada propia.
Faroles guías de mausoleo,
tu mirada,
No se por que quiero tus ojos,
si te deseó.
Cuando tus bailes entre sabanas mueran,
seré apto para tenerte
cerca de mis codicias lúbricas.
Momia de siempre.
¿Quieres tenerme sin monedas sucias?
¿Con pies fríos?
Conciencia corrompida con delirios.
Ingrato ente.
Bajas al abismo por goces carnales, y
estrellas sin sombra,
Muerden mis entrañas embalsamadas
con tus aguas.
Que caigan tus carnes provocadoras
en el tiempo.
Derrite tus senderos al infierno.
hazlo de nuevo,
grita por el exordio pagado,
ramera griega.
Baila gimiendo, satisfecho pecado,
ojo tuerto,
Y solo sobrevive a mi impulso,
Dama coqueta.

martes, 23 de octubre de 2007

Lucero en periférico

En el manto azulado que ha cubierto con sigilo,
Observa perdida una dama blanca a la luz serena,
Una mancha de asfalto, concreto, luces y ruido,
Pues esta calmada, con miedo de cuna y pena.

Mas concretamente un rápido ruido de motores bruscos,
Que corren a prisa en un río redondo cubierto de humo,
Jamás se ha fijado en montes viajeros y sus modos ruscos,
Ha visto curiosa un chaval cansado,dieciocho a lo sumo.

Lo observa asustado, triste en algún momento, muerto,
Dándole esperanza brilla con coraje llamando atención,
Como si sacara producto jugoso del divino huerto.

Mordido en fauces de sombras exactas no decorativas,
Mira ya la estrella, que canta con luces serena canción.
Y sonriendo mira, agradece al astro con letras creativas.

viernes, 19 de octubre de 2007

Vengo de tierras sin oxxos

Despues de reir por la carrilla en la voz de un disco rayado de Carlos Santana, y callar ante inexistecia concreta del rito a baco en el carnaval. Lo admito con orgullo a voz amplia, vengo de una tierra sin oxxos.

Calle_EPRA_palmeras

De tierras donde el amanecer viene rapido y catartico por que existe mas tiempo, mas aliento, mas calma.

Prepa_Pasillos

Donde no existe la confucion numerica en el movimiento urbano y puedes andar de un extremo a otro antes de perder el aliento, donde el agua se burla del pasto por ser forastero. El viento le susurra el cielo la calma del recuerdo.

Paisaje de Ventana

Quizas algun admita día un error no cometido (y el resto) pero hoy susurro un baladro.
!Soy lugareño de de una tiera sin Oxxos!

miércoles, 17 de octubre de 2007

Mirando

Se que es fuera de tiempo pero fue lo que me dejo.


Y la catártica parroquia desde exaltado recinto,
Maracas, gritos, tambores de colores en los ruidos,
Que avanza cual batallón bañado de fe e instinto,
Sueños en pasos pesados con milagros no cumplidos.

Rompe el sueño que ha nacido en la aurora tapatía,
Que despierta poco a poco en incienso y cafeína,
Niños que miran gustosos banderas y algarabía,
Exigiendo escandalosos a aquella dama tan fina.

Entonces en lo caótico del ritmo de los penachos,
Jalados por cascabeles, por tambores, latigazos,
Que gritan marcando bruma al golpe de los muchachos,
Un rayo de luz deshace en asfalto hecho pedazos.

En la esquina, el fiel incienso y la calmada canela,
Lucha a duelo, la fe y la costumbre mueren y nacen,
Mientras pequeños perdidos, alegres que no hubo escuela,
Corriendo tras las siluetas de los demonios que hacen.

El puente ya se ha vaciado de ojos de asombro tardío,
Entre los árboles mirones el sol se asoma curioso,
-Quizás el próximo cielo en medio de tal gentío,
Logre verla a Ella- se imagina el astro ansioso.


Los semáforos han muerto, la sangre, el pasto sin voz,
Una rivera de voces cansadas avanzan en un sentido,
Y el esmero cae de golpe bajo el filo de una hoz,
Que ha afilado su navaja en la fuerza que se ha ido.

Y la catedral celosa observa, celeste e iluminada,
Un río de culturas vivas, otras muertas u olvidadas,
Mira que entre las esquinas baja la gente cansada,
Sin embargo se sonríe por estrellas sojuzgadas.

Las calles que en otras horas engullían trozos de hierro,
Hoy por motivos divinos, del sol que apenas salio,
Han puesto en su voluntad un ayuno que le herró,
Vigilantes, barricadas, y el fiel tumulto cesó.

En pintura regional parte el exhausto silencio la guitarra,
Amarrando su sonido al tambor, la trompeta y la macana,
Pues no existe aun noche clara, ni muñeca sin su ara,
Cuando los intentos caen por luchar a no ser sana.

Quizás caiga la esperanza, de seguir contando ratos,
Pues en los largos cabellos de escobines oportunos,
Se han llevado los recuerdos de algunos fieles ingratos,
Y una ronca sirena anuncia que puede pasar algunos.


Entonces siguiendo el ritmo de los cantares en eco perdido,
Dos niños bailan contentos el hecho que ha acontecido,
Tal vez guardan en memoria entre plumas y canciones,
A una militar divina, que en cielo teje oraciones.

jueves, 4 de octubre de 2007

una buena mano


Miró esa ultima esperanza confundido -¿seria suficiente?-

viernes, 21 de septiembre de 2007

Nostalgia precoz

-Olvide la llave- que oración sublime nada conocida,
repetía constante al mirar la sombra haciéndome espacio,
hoy la puerta rara, con doble molestia su interior asoma
mostrando sin cuadros de estima un pasillo triste.

Y entonces volteó al umbral cerrado de sátira distancia,
recuerdo con llanto el esfuerzo occiso de saltar la puerta,
de olvidar la llave que me abría a la paz y no discrepancia,
pues era soberbios saltos olímpicos de esperanza muerta.

Ya no corro al frente cuando el texto falla por la pluma rota,
O si por descuido no entra en mochila los cuadernos idos,
Ahora por pluma, tengo sabia ayuda la que no se agota,
Aun sales con magia de bolsas didácticas lápices perdidos.

Al llegar a “casa” (¿Merece ese nombre?)ya la noche ha entrado entre las ventanas,
El sol invisible recuerda inconsciente, pedir instrucciones
De aseo de la vida, de sabor a casa, de señales vanas,
De voz repetida con el mismo tono cantando canciones.

Se que es poco tiempo para voltear y reír de lo lejano,
De soñar despierto recordando mundos que el viento aleja,
Nunca había sentido un ente penoso que vaga en profano
Rociando sublimes gotas cursiliescas que la vida deja.

El cielo refleja cascadas de miedo que inundan mi patio,
Que manchan sin vida la cama pérdida mojándola un rato,
El dios de extranjeros llena de presencia el centro del atrio,
Es cuando recuerdo que empapado en pena me maullaba el gato.

Que encendía mi alma en coraje, la ira de Tlaloc a la jardinera,
Se aliaba a la tierra, al viento, la tarde, la paciencia muerta,
Eran convertidas en muecas grotescas, de mancha a quimera,
Había que limpiar con jabón de calma una estampa cierta.

Y aunque melancólico se disfruta el agua cayendo tediosa,
Inundando calles, derrotando planes, que solo lo observo,
Me escabullo en alma, trayendo en memoria a perdida diosa,
Que platica en mitos, el cuento del león devorando un cuervo.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Voltee

Hoy por casualidad, y un hueco del tiempo, revise mi correo en yahoo, después de mucho tiempo de no hacerlo. La bandeja avanzó rápida descartado uno por uno los correos que al leerlos parecían inmensos, pero al recordarlos creías visto pasar muy rápidos.

Publicidad, archivos adjuntos, cadena de cartas, correo de gente que quiero y no contesto, correo de gente que contesto y no quiero, mensajes de personas que quiero que conteste. Lo usual, lo básico; lo que se acumula en las tardes que uno no analiza con calma, si no con inercia viva.

Pero esta tarde inusual no.

En medio de todo aquello un correo volteo mi atención, su asunto decía "¿que haces? 14/03/2000". Con curiosidad abrí aquello para darme cuenta que había llegado dos semanas antes, exactamente a las 12 del día, el remitente era alguien conocido y el mensaje decía algo que me hizo, entre dos ensayos que no se querían escribirse sin mi ayuda y un reloj que avanzaba cada momento mas de prisa, sonreír.

"¡que haces! soy yo el Luis del 14 de marzo de 2000 preguntándote por el futuro, todavía no se que va ha pasar por esa razón te lo pregunto a ti, que has hecho, que has dicho?'Que hay de nuevo???Es tu cumpleaños!!! Que hay o que???Felicidades si nadie te dice nada"

Que loco... chale, lastima que las letras no entienden que el tiempo avanza sin que ellas se enteren.

lunes, 3 de septiembre de 2007

La luz de luna toco nerviosa
La faz de seda con paz de mármol,
Tomando vuelo llevó tediosa
La fiel sapiencia del sabio árbol.

Cual bella fruta que el tiempo añeja,
Entre las ramas, el viento, el tiempo,
Dieron las gracias que sol les deja,
Para escudarla del mal lamento.

Jamás la aurora dio tal aroma, ni tal belleza,
Que el plenilunio se asoma con tal criatura,
La acaricio aquel amante con tal franqueza,
Que tatuó con luz los dedos de sutil cintura.

La abatida vida perdió en las estrellas,
Cerró aquellos parpados, cual la vida salda;
Los abrió extasiados, cantandole a aquellas
fieles suaves manos que halla en su espalda.

Renació glorioso frente al cielo oscuro al rezo,
Se extasió del alma pura aquella estrella tocar,
Ella fue la amada exacta por suspiro y beso,
El la amo con vida, en muerte, con cielo y la mar.

Y entonces apenas aquel astro rey en figura ecuestre,
Cual guerrero que regresa épico bañado en olivo,
Coronó las lomas, matizando en oro el mural celeste,
Dio fin a la noche sienandole a ella un beso en sigilo.

viernes, 31 de agosto de 2007

El hilo de la caña

La mitad del tiempo me la pase perdido. Mire a lo largo del pasillo forrado de mosaico que presumía con su extinta blancura, para disfrutar el horizonte que rodeaba aquella urbe de gente que caminaba de un lado a otro, como perdida.

De repente, todo se paralizó. Una mirada seria y filosófica, marcada por las noches de insomnio y las manos de la cafeína, atravesó el pasillo, oculta tras unos lentes pequeños que remarcaban unas abundantes cejas bañadas de niebla por los años; y entonces lo recordé.

"-Mira con un trapito bien seco, le destapa hay,...y le secan bien sequesito, y así va a prender- fueron las instrucciones precisas que un viejo andante de la vida, dio a mi padre un día después de la lluvia. Los ríos que rodeaban el pueblo al que nos dirigíamos cada mañana, se hallaban cargadas de una poderosa corriente que mimetizaba sus fuerzas con un ras de aparente inofensivo, que habían vencido a aquella camioneta que recorría con nosotros aquellas brechas campiranas.

La voz del hombre tenía razón, la humedad en aquel aparato que mercaba la energía al motor, sucumbió ante aquel retazo de tela. Y avanzábamos.”

Era un profesor de la facultad añejado entre letras de autores de planetas lejanos, donde el mundo luchaba a duras y tediosas batallas contra sus propios inquilinos, que no contentos, se miran entre si con el odio propio de aquel que tiene cosas diferentes en aquella, llamada ,su mente pensante.

Entró. La urbe que caminaba perdida, bajaba y subía a mundos lejanos viajando en carrozas de nicotina y naves mucho más rápidas, regresaron a aquel pasillo. Una buena parte de ellos, entró tras los ojos trasnochados camuflados en aquellos lentes que eran parte ya de la arquitectura humana de aquel ser.

Era la primera clase…. El azuelo pescó, faltaba tirar con fuerza el hilo de la caña.

domingo, 26 de agosto de 2007

Me recosté. Después de una tarde de tareas domesticas para matar el tiempo a pedradas, use los suspiros perdidos del dios Morfeo para sedar mi cansancio. El día había pasado lento, cansado, como si las horas sufriesen por terminar cada segundo que daban.

Media tarde se había ido en levantar tierra perdida que marcaba el tiempo y borrar manchas que contaban historias. -¡No me limpies! ¡Por piedad! ¡No lo hagas!- gritó una amorfa silueta blanquecina que interrumpía la monotonía exacta del mosaico en la pared.- ¡Soy un forastera! ¡El destino me puso aquí por mi voluntad! ¡No me prohíbas!-

Mis oídos no entendían aquel idioma extraño que se confundía con el viento urbano; y el paño húmedo que aguardaba en mi mano, sádico y sin conciencia, dio fin a las suplicas de la mancha blanquecina en forma de cascada que imploraba, regresando la puntual exactitud de los mosaicos. Los ruegos ya no se oían, pero el viento citadino hay estaba.

Muchos estornudos se escucharon desde el eco escondió del patio con baqueta de concreto que añoraba la tierra, y se fueron con el polvo extraviados a la alcantarilla que coronaba aquella platea. No les importó el poco espacio que dejaba el vidrio que la cubría, se fugaron presurosos por aquella pequeña hendidura.

Me lo merecía. Era la primera noche en que la oscuridad nocturna me envolvía sin percatarse que me hallaba escudado en un mundo donde las causas preceden las consecuencias, amurallado con bardas hechas de soledad aparente, y repeliendo sus ataques de inacción con luz de luna y aroma, ahora si, a ciudad.

martes, 14 de agosto de 2007

Llovia

Llovía. Aquellas gotas caían al suelo perdidas, como buscado refugió ajeno a aquella situación sin sentido.

Primero fue una, solitaria, lenta, con una calma y miedo mayor que el que me estuvo a punto de retener de venir aquí; la segunda, cayó a lo lejos, apenas la escuche gemir lastimosa cuando sitio las verdugas e quemantes piedras de la calle que rodeaba la plaza. –! Au ¡- la escuche decir agonizante cuando se despedazó deliciosamente en mil fragmentos de vapor. ¿O fue más un “plauc”? Que importa ya. Llovía.

El agua caía midiendo con cada gota los segundos que pasaban tortuosos, impacientes, esperando hacer sucumbir a lo que quedaba de mi calma con su parsimonioso ruido. Vi el reloj de manecillas que adornaba mi muñeca derecha, su incesante “tic-tac” se entonó al compás de la lluvia.

-Quince a las doce- dije en voz alta, como intentando que los jóvenes que bebían cerveza debajo de uno de los árboles cercanos dentro de una camioneta larga y oscura con las puertas abiertas, escuchara mis palabras.

Serenando rítmicamente continuó la lluvia. “¿Qué haces aquí, Luis?” me preguntaron en voz baja mis adentros confundidos y temerosos. “¿En serio esperas que venga?” me interrogaron. Solo selle su duda con un suspiro espontáneo que me hizo saborear el aroma a plaza mojada.

Aquel lugar era enorme. Mi casa hubiese cuatro veces sin esfuerzo. Su forma de rectángulo sementado, era la última prueba que guardaba de un recuerdo de cancha de deportes. Se hallaba en varios niveles, escalones simples por aquí y por allá te llevaba a una estrado a subnivel al centro.

Algunos prados rodeaban aquellas zonas adornado con flores de insomnio, rosas de desvelo, camelias de cariño o simples claveles de privacidad, para aquellos escasos de conciencia que buscaba ayuda.

Los jóvenes de la camioneta se habían ido ya. La fuerza en aumento del goteo incesante venció la osada batalla contra aquellos amantes del dios Baco. Solo yo esperaba ahora, y llovía más. La camioneta había partido entre gritos de urgencia por el tiempo y estrepitosa música que nadie oía. Las quejas por las horas pasadas con lamentos y suspiros se envolvían en una canción de amor convertida en ruido, que se alejaba contagiosamente.

El vehiculo oscuro se alejó derrapando el empedrado húmedo. El agua sintió otra vez un calor familiar en aquella área desconocida donde humeaba recuerdo de llantas nuevas. El derrape por sacar el orgullo en la propiedad paterna dio un aroma a fuego.

Me encontraba solo al fin. La plaza tomaba un tono sombrío al entrar la media noche, cuando las gotas impacientes de agua, se habían convertido en una estrepitosa y amenazante lluvia. Los prados estaba húmedos, las plataformas encharcadas, los verdosos centinelas que rodeaban la plaza eran felices; solo las rosas de insomnio recordaban su rostro victorioso desde su enlodada humildad.

Un faro falló en una esquina en la cercanía, fundido quizás por el uso repetido y extenso. De repente, un coro de motores de motocicleta se escuchó de pronto acercándose “¿Serán ellos?” me interrogue temeroso. -¡Trann! ssss- Un trueno se escuchó cercano estremeciéndome, seguido de la constante lluvia.

.......

lunes, 6 de agosto de 2007

La tarde en la que quiso llover

Hoy fue una tarde en la que quiso llover. La tierra reseca por los meses calidos, le coqueteaba moribunda a las nubes que se pavoneaban en el cielo celosas de su vital líquido, solo andaban de aquí para allá, en ratos, guiadas por el caprichoso viento, se reunían en un rincón del firmamento. Pero no llovía, solo los almacenes espumosos de agua se reían de la resequedad del terrusco de la llanura, y se mofaban tiranamente. Hasta en ratos, dejaban pasar entre sus siluetas flotantes algunos rayos torturantes del sol oculto, para aumentar su martirio terreno, pena que causaba cual trágico masoquismo, el placer de las nubes.

Por eso, en aquella tarde, cuando las nubes pesadas ya no eran movidas por el viento por el exceso de su avaricia, pensé que llovería. Las sádicas espumas blancas que un día matizaban el cielo, esa tarde se hallaba convertida en una gruesa tormenta de un azul oscuro amenazante, que no se molestaba en caer sobre el terrón seco en que se había transformado la llanura, la cual, sonreía apenas ante aquella deliciosa amenaza.

Todo saldría como él quiso, eso creo yo. El río grande, alimentado por la poderosa agua, arrasaría tal corriente divina, que cuando cesara la ira húmeda nadie lo conocería ya. Esa fue mi encomienda desde el comienzo, desde antes que el calor llegara a la llanura, y se llevara la humedad lejos.

-Tienes que lavar tu alma con el agua de la primera lluvia- dijo él –tu pecado se ira con el agua, como una hoja de laurel con la corriente- eso dijo él, pero pasaron las tardes con una calma inexplicable, y la llanura reseca, remarcaba su pena y su martirio. Cada gota que perdía, le taladraba la conciencia. Cada grieta nueva en el suelo, le rasaba el alma. Y cuando las sádicas nubes se burlaban grotescamente de la moribunda patatera que era ya la tierra, también pisoteaban su alma machacada por el matiz oculto y único de la culpa.

-¿Crees que llueva?- le pregunte sigilosamente y con miedo a la cómplice de mi pecado, de aquel crimen nulo y absuelto antes de cometerlo que hoy me torturaba, ante la que ella solo me miró con su ojeada dura y metálica hacia mi rostro, liberándose se su culpa con gran facilidad y despreció.

-Tal vez, espero que no- contestó ella con delicia y maldad, devorando aquel silencio de complicidad que nos invadía, mientras que miraba con recelo aquella silla de robre viejo que él me enseño a hacer. Baje mis ojos cansados de mirar con piedad las avaras y negras nubes rogando que comenzaran con un placentero castigo, y observaba con miedo la otra silla en la barda opuesta de la terraza donde descansaba rogándole al cielo el agua.

Hay también descansaba él, el que le enseñó a construir sillas, a cortar el árbol, a matar al tigre, a montar las bestias. Observe la silla sombría, barnizada con el fino polvo de la tarde. Respiré profundamente guiado por la suave brisa vespertina, mis parpados se cerraron. Y un escalofrío se encaminó por toda mi espalda. Me levante, encaminándome al cauce seco, mientras un recuerdo decía lo que tenia que hacer.

Él se lo había dicho, - Me estoy muriendo, Jesús, la muerte me ha tocado, como veneno me esta comiendo por dentro,- dijo él estremeciéndose – hazme el ultimo favor no como tu sangre, sino como condenado- Lo miré con mis ojos de asombro, y aquella mirada cargada de niebla por el tiempo, me traspasó. No pude soportarla y baje el rostro al suelo apenas húmedo.

Sus manos delgadas y temblorosas bordadas en arrugas añejas y gruesas venas que homenajeaban tiempos de esfuerzo y labor, atesoraron mis mancebos dedos como aprisionando mi razón, - Tienes que lavar tu alma con el agua de la primera lluvia, tu pecado se ira con el agua, como una hoja de laurel con la corriente- dijo con una voz delicada y desgarrante que aumentaba su martirio, -tiene que ser sin miedo, es un favor no un castigo- y cerró con sigilo los parpados cansados de dolor y vida.

Tomé con fuerza a la cómplice de mi pecado. Un sonido explosivo y conocido se escuchó en la llanura reseca. El cuerpo de él se hallaba a sus pies en el cauce vecino de la terraza del río, esperando exhumar mi culpa.

El sonido se repitió sordamente y un golpe de hierro directo a mi cordura incógnita, me había dejado manando la razón con la que me había ligado a él, a aquel hombre. Mi cómplice guardó una bala menos aquella tarde que quiso llover. Mi paciencia se guardó en el cartucho vació que cayó a suelo seco y celoso.

Yo aguarde. Pues el perdón se halla donde comienza el crimen. Y en aquel instante, cual redentora, una gota fría venida de las avaras nubes se deslizó sobre mi frente, tornándose rojiza.

Una fuerte tormenta acompaño a aquella pequeña gota que liberó mi pecado. Mientras con gran esfuerzo mis ojos buscaban una ultima vez esas manos tejidas por los años en sapiencia y habilidad. Era ciertas sus palabras, mi conciencia manaba de mi cabeza, y se lavaba con el torrente liquido de la lluvia.

La culpa se iba, hasta esa tarde que quiso llover, como hojas de laurel en las corrientes.

miércoles, 18 de julio de 2007

Le tengo miedo a la puerta

Le tengo miedo a la puerta abierta de mi cuarto por las noches, cuando debajo de su silueta geométrica de madera pulida, mis fantasías y temores se cuajan en sombras que se comen a los Ángeles que curan de las dudas cuando no tienen que hacer.

Le temo a la sombra del bordo de la pared verde que dibuja, asociada con mi sueño moribundo, figuras fantásticas nacida del meollo mismo de la piedra angular de mi conciencia. De hay. De donde salen gimiendo sin control, sin fuerza viva alguna, las penas añejas aquellas que no se olvidan, que se liberan con seis pesos de saldo en una llamada, con doscientos pasos o cuatro cincuenta de una visita, con un par de labios curvándose hacia arriba con cariño, mostrando agrado.

Le temo, otra vez ya no es noticia, al mundo real de allá afuera. Como si de verdad existiera. Como si, como aquella vez, fuera realmente consiente de que existo. ¿El mundo estará consiente de que existo?

Miro nuevamente la sombra de mi conciencia reflejada en la eclipsada luz que llega a la puerta, que opaza en los ases luminosos de la luna muerta, provocando todo aquello.

Le tengo temor, pánico, terror, admiración, ira, benevolencia, gracia...le tengo respeto a todas aquellas sombras que me persiguen cuando la luz no esta encendida; cuando corro velozmente por la escalera por que me sigue es demonio que guardo a un lado de mi alma, que solo mira y vive cuando la luz se apaga.

Le tengo miedo a ese mundo, el que no existe, de allá afuera; ese que vive en mi conciencia y que ignora que existo. Le tengo miedo a eso, pero más que nada... le tengo miedo a la puerta.

jueves, 5 de julio de 2007

Existió un rey..

Existió un rey hace algunos ayeres distintos a hoy.

Su mandato de dicha y justicia, con los matices oscuros del descontrol y la soberbia, había llegado a un punto en el que tenían que tomar una dedición que afectaría no solo a su corona, si no también a todas las vidas que le rodeaba, desde el lustroso paje hasta el humilde campesino.

La guerra real amenazaba su comarca. Varios reinos vecinos había propuesto le alianzas. El rey dudó al tomar la dedición. Monarcas de los alrededores ya había elegido. El rey se alió con el imperio que le pareció mas similar al suyo, uno que no era muy bien visto, con algunos problemas de diplomacia, y pocas muestras de esperanza a futuro; pero bueno y con propuestas de buena alianza.

Entrenó al mejor jinete que tuvo a su alcance por tres largas semanas. Cuando lo vio listo, lo mandó al reino propuesto a llevar, el mensaje tardó solo algunas horas en llegar a su destino. Horas tediosas, el jinete dudaba en ratos de lo que hacia, pero se animaba por que era lo mejor.

Al final llegó el mensaje al reino vecino. El jinete regreso confiando que volvería después del cambio de luna por una respuesta favorable de aceptación.

El rey calló al oír las palabras de su siervo. Pero al llegar su corte, sonrió. Sonrió como aquel que muestras una careta de risa cuando lo quema la pena. Con la esperanza en el alma de que la alianza por luchar, por defenderse en aquella batalla real triunfara. No había hecho alianza con ningún otro reino. Había que esperar.

Mientras que en el reino se festejaba con jugo de la dulce uva y algarabía la culminación una trinidad de años que el rey seguía con vida, festividad rara pero saludable e incentiva para segur adelante.

El rey quería reír, pero los días se hacían largos con la hora de la respuesta.

Una mañana, habiéndose cumplido el plazo de la respuesta del toque de tregua, el jinete encargado de portar el mensaje llegó jadeante a la corte donde el rey caminaba de un lado al otro preocupado. Todas las miradas se concentraron en él. Entre suspiros profundos para recuperar el aliento, entregó a su monarca una carpeta de cuero de siervo salvaje, iluminada por un sello de una rosa incrustada en plata, que se usaba para devolver mensajes. El rey la arrebato de las manos nerviosas del mensajero, y con el mismo sentimiento husmeó en el interior con calma.

Levantó la mirada solo para ver al jinete derrotado por el cansancio a media sala de la corte, mientras que una lagrima rodara lentamente por su mejilla del monarca.

viernes, 22 de junio de 2007

Cosas Tontas

Tengo ganas de escribir cosas tontas,
Como que vengo y voy en corta vida,
Tal vez que vivo tiempo que tú hurtas,
O que poseo una llama aquí escondida.

Poseo deseos de narrar los hechos sutiles,
De esos que marcan la sublime existencia,
Tengo apetito de hablar de esos gentiles,
Que corona la vida con su gran sapiencia.

El buen bizarro se vuelve vino y pan,
Cuando de tratar lo extraño se trata,
Pues no crecer que el vil sueño es tan,
Que da pausa a la vida si la atrapa.

Tengo ganas de escribir de trilladas cosas,
Del mar, del amor de luna, tal vez de dios,
Quizás de monstruos vueltos mariposas,
O la rosa que muere con el filo de la hoz.

Quizás de lo divino de aquel atroz pecado,
-El que mata el tiempo se vuelve blasfemo-
Pues es tan mal prudente aquel buen osado,
Que desea ahorrar segundos para nada bueno.

Puedo hablar de ángeles que huyen cansados,
Cuando se les va buscando para cegar dudas;
O de inmensos galeones que existen varados,
Pues torpes mareas les obsequió vidas crudas.

Quizás platicar de hechos ligeros, balines,
Se un negocio puro sin sentido, sin final,
Pero mezclar palabras cual colores sutiles,
Hace que se libera parte de una mente abismal.

Puedo hablar de la vida, hermosa por eso,
Del gran hoyo negro del siniestro destino,
O la blanca luna sazonada cual blanco queso,
Que baña la tierra con matiz de luz fino.

¿Les hablo de un mar rojo que baila y goza?
Del fauno loco que canta efímeras quimeras,
O del vil mezquino que el oro mima y roza,
Buscan en su brillo, faltantes caricias sinceras.

Hoy es tiempo para hablar de muchas vidas,
De calmar con secreto los sueños que montas,
Pero no son buenos los ratos para lo que osas,
Pues hoy tengo ganas de escribir cosas tontas.

domingo, 17 de junio de 2007

Otro anzuelo

Llegue a tiempo para perderme. Había exprimido todos los nervios, todos los miedos, todo menos lo que necesitaba. – ¿Esta es la fila para la puerta nueve?- le pregunte por décima vez a un mar de gente que se formaba en dos sentidos por fuera del Centro Universitario de Ciencias Sociales y humanísticas de la U de G. Iba a ser mi examen de admisión y ya estaba perdido.

-Si- dijó una muchacha, que por cuarta vez me respondía, y que reía ante mi confusión. Ante no entender que el principio era el final, y final no era sino el principio. –La fila sigue, sigue, y cuando menos acuerdas acaba di la vuelta, como todo- reafirmo y se río conmigo (no de mi) de aquello.

Regrese. -¿Este es fin de la fila a la puerta 9, verdad?- pregunte a un muchacho que se había hartado de verme pasar de arriba abajo, -No- contestó molesto,- aquí da vuelta, empieza allá- dijo estirando un largo dedo que se coronaba con un cigarro a punto de consumirse.

Caminé. -¿Aquí es cola de la fila?- volví a interrogar. –No se- me dijo un mujer que volteaba a todos lados como buscando algo, -pero por las dudas aquí me formó – compartí su lógica y aguarde.

La fila avanzó. Dio vuelta y como serpiente cósmica se devoro a si misma y desapareció. -¿Aula 22?, tercer piso por las escaleras a la derecha, ultima aula- dijo una mujer que acomoda con una fuerza mirada de pupilas grises a todo aquello.

El examen tardó, varios faltaron y el número de las listas no coincidía con el número de personas allí reunidas. Sesenta dijo el que aplicaba el examen, mientras repartía por cuarta vez los folletos y hojas de respuestas, por no repartir como era el material.

Y apuraba nada amablemente los hechos de su error, mientras presumía que era un experto en el asunto de aplicarlo. –Que bueno que va a un curso, y no es su primera vez- se quejó con sarcasmo un aspirante desde el fondo del salón. El aplicador sonrió forzado al joven.

El tiempo se fue rápido, a cada sección de las cinco me sentí con menos tiempo, pero fue el mismo, lo conté. Todas los circulitos rellenos. Hice mi examen de admisión al mundo universitario.

Una serpiente se comió así misma. Otra aparecerá, alguna tarde, pero lo hará.

Que la suerte nos acompañe.

10 minutos de Insomio

Hay cosas chistosas que te pueden pasar en la vida y una noche de insomnio por quedarte a leer un libro es una de ella. Tal vez la más peculiar, tonta o extraña depende de que perspectiva lo veas.

Algunos se desvelarían por preocupación, por miedos, otros por huirle a sus propios ángeles. Pero no. Yo me espante el sueño leyendo “El vuelo de Eluan” una historia de realismo mágico que habla de la aventura de un hombre alado de la tierra de Patia, por seguir un sueño. Y por seguir las peripecias del sueño de Eluan, el hombre alado de seis dedos, espante el mió.

En este momento quisiera preguntarle a los tres sabios de las cúpulas de la tierra santa, donde encontrar mi sueño, pero tal vez no pasaría las preguntas de los guardianes y terminaría en el calabozo como muchos de esta tierra.

Dalí, el pintor, decía que el subconsciente maná ideas extrañas cuando coquetea con el sueño. Y dormir (o de perdido sestear) con una cuchara te provocaría las ideas mas creativas y alocadas (valga el pleonasmo artístico) cuando perdieras fuerza y la cuchara cayese y te despertara.

Dicen que los sueños son como el puente que te une a esa parte que todo mundo tiene pero pocos conocen. Es pedazo de mente que te controla, te inhibe, te excita, te llena, te describe, te oculta, te mancha, te libera. Ese puente de sueños que te lleva de la vida común, de algarabía y frívola, helada de la realidad, a conocer y tutear a tu propio yo. Ese puente.

La vida son puentes. Una vez escuche un pasaje bíblico (muy bonito libro, pero eso al fin) en el que se comparaba la vida como un puente. “Pasaras por él, pero nunca te establecerás sobre él”, Linda comparación.

Mi celular marca que son las 12:35 de la noche.

Con esta ultima línea comenzó la segunda hoja de cuadricula con este color morado que fue lo único que encontré para expresar mis ideas, tal vez no tenga cuchara, pero una creatividad (molesta, a veces) que me mantiene al hilo.

Mi teléfono ahora marca las 12:38 y el color esta dando fin al resto de la punta que le queda. Yo escribo lo que me viene a la mente, mientras la punta de este color morado dure, como si fuese una vela que me ilumina por unos instantes la existencia. Poco a poco se extingue con la noche misma.

Pudiese contar muchas cosas. Hablar quizás de los travestís que vi pelear en la calle que da desde mi ventana, o del insecto tonto que no le deja de dar vueltas a la lámpara de mi cuarto, pensando (quizás) que es la luna o su verdad. O platicar tal vez de que el reloj marcan las 12:42 p.m., y que estoy a unas letras de completar la pagina dos de este mi escrito de insomnio, pero no hoy, y mas aun cuando mi vela morado esta por extinguirse, como todo.

Es hora. Es hora de tratar de ganarle un round a Morfeo y mi sueño será el premio. Pero sobre todo, ganarle a la vida. 12:44

Como castigo propio, rompo la punta de este color morado siendo las 12:46 para ya irme a dormir, por más duro que sea el insomnio.

Saludos Morfeo.

12:48

lunes, 11 de junio de 2007

MURIO

-¡No se en que momento, pero la inspiración ha muerto!- gritaba con locura el absorto escritor, mientras con sus manos rudas, cansadas de sostener la pluma, de crear poesía, de verter su esencia en cada historia, de dar un trozo de su ser a cada personaje nacido de la punta de su creativo bolígrafo azul, arrojaban al suelo violentamente hojas blancas que estaban en su escritorio regadas.

Las hojas cayeron suavemente, guiadas por el viento calmado que rodeaba la habitación del escritor. Solo una hoja marcaba la impaciencia de esté, entre borrones indescifrables de letras muertas. “El polvo de s..” se podía leer con mucha detenimiento e imaginación en una de las líneas sobrescritas con letras luchando por poder ser leídas.

Amor, chaval, quimera, locura, suave, negro, pase. Las palabras hablaba pero nadie las escuchaba, ni siquiera el escritor, que melancólico miraba a todos los rincones de aquella su habitación, buscando un soplo de existencia de lo que algún día fue su querida inspiración.

Dio cuenta del ultimo trozo del cigarro que descansaba en su tintero, y arrojo la colilla hasta donde su manos cansadas le permitieron. Miro absorto la hoja que caía burlándose de su momento de bloqueo.

No dijo más. Tomo su encendedor y lo encendió con la esperanza de obtener la cura de sus males con los humos del tabaco. Otro cigarro salió de su bolsillo de la camisa con la esperaza de otra tarde muerte.

Miro las hojas blancas en el suelo triste, cubriendo el polvo los días de la limpieza que creía hacer. Tomo con cariño la hoja que guardaba entre borrones los secretos de su creatividad y sentido, y tomándola de una de las esquinas, le prendido fuego con la llama del encendedor que le daría la inspiración.

-¡La inspiración ha muerto!- gritaba él. Mientras la hoja se consumía en cenizas y desesperanza. El humo del papel, se mezcló con él del cigarro que descansaba entre los labios del escritor, y llegó hasta un rincón del cuarto que el escritor jamás vio.

Una voz a la espalda del poeta le dijo, -No he muerto, tonto, tu estas ciego-

lunes, 28 de mayo de 2007

¿A quien carajos le escribo?

¿A quien carajos le escribo, amigo mió?
¿A la vida que me dieron pa´ cuidarla?
¿No es un tema que es cansado y muy ido?
¿Y si escribo letras solo para adularla?

Tengo el tiempo libre, y ocio de rato,
Se escribir se hace gran extenso,
Pero sin algún tema es roto trato,
Como carajos logro que lo tenso.

Dímelo por favor, sin temor y sin tardanza,
¿A quien dedico el favor de estas mis coplas?
Que el tiempo vil hiere ingrato cual lanza,
Y los vientos febriles, ya jamás no soplas.

¿Es mi familia y el cariño fraternal lo que expreso?
¿Es ese afecto lo que mueve mi ser desde abajo?
¿Será acaso ese mi orgullo en otro mundo preso,
Que quiere salir con furia, para hacer ya su trabajo?

¿Entonces no es a mi gente, a la que va esta poesía?
Me dirás, amigo mió,¿Qué puedo hacer pa´ avanzar?
¿Acaso es para la noche?¿para el alba?¿para el día?
Tal vez me digas con calma que versos puedo crear.

¿Le escribiré a las mujeres, esos seres de divinos?
¿Serán para tus creaciones estos puros versos?
¿Pueden influir esos bellos seres como vinos,
En estos crueles y viles momentos tan tensos?

¿Se robaran esta tarde la atención de mi poesía?
¿No serán para ellas mis letras acomodadas?
¿A quien carajos dedico esta oración que creía,
Llenar de buen sentir y lagrimas disfrazadas?

¿Entonces no será pretexto la belleza femenina?
¿Puedo declarar al viento que desgasto mi sentir?
¿en que vaciare entonces esta moza tinta fina?
¿Será entonces el momento de comenzar a vivir?

No tengo tema. Ni el argumento, ni la razón,
Solo te pido paciencia, y una manía con calma,
Para el verso que no existe liberar el corazón,
¿Entonces que aconsejas?, ¿reformar toda mi alma?

Tal vez sea culpa de que esta lenta mi pluma,
Que son pausados mis pasos, desconcentrar mi pensar,
¿O tal vez de las estrellas o de la redonda luna
Que con su luz celestial no me permite avanzar?

Te recuerdo amigo mió, aun no me has dado razón.
Para convertir el viento en grafías acomodadas,
¿Tendré que buscarla oculta dentro de este corazón?
¿O vendrá como la lluvia trae sus canicas mojadas?

¿Qué cosas raras son las que escribo?¿Que iba?
Dime dios, amigo mió, ser, confesor universal
No me delegaste un tema, pero si mi alma viva,
Aun así con doce velas, mi galera vino a anclar.

lunes, 21 de mayo de 2007

El arte de perder el tiempo

Sali temprano, el reloj 12:22,
lamañana era tranquila y sin muchas ganas de hacer empece a teclear.

Dice un buen dicho que no existe peor lucha que esa que no se hace, asi que levante los audifonos negros los puse en mis oidos y sitonize por interned Radio Costa.
Muchas cosas, demaciado. Cerre. Puse el Ares, un programa con muchas canciones.
Me aburrio, tenia cosas que hacer. ¿¿¿????

(Deje de escribir por una hora)

ya volvi, puse las noticias en Radio Costa, otra vez:

-perdieron las chivas, (chale)
-un millon de pesos para autlan y el chante(bien, creo)
-Conafor atiende un incendio en Villa (que bueno ¿¿??)
-un accidente en Crucero a San Clemente (upps)
-Una semana abandonado y al corralón en Autlán (uuuu!!!!)
-Siguen los Robos en el Municipio de Cihuatlán (amén)

Me enfade, las cosas reales son buenas cuando se saben, pero malas cuando se entiende,
pero vi el reloj y descubri no hice nada util en aquellos momentos.

(Si, Le gane a la hoja en blanco, pero no vale, fue pelea de niños).

Y sigo vivo, el reloj: 13:45

domingo, 13 de mayo de 2007

Era blanca, pura…, triste, hacia el astro rey miraba
La vi hermosa en la pradera me produjo reflexión,
Pero era extraña esa locura, que mi alma salpicaba,
Era raro, pues saco de mí ser una extraña confesión.

A veces me gustaría cambiar el mundo con un suspiro.
Ser un bacán que controla a voluntad el viento bravío,
Crear de pincelazo un atardecer como el que ahora miro,
Correr por el mundo sin que se me faltar el último brío.

No quiero ser dios, hay que ser fiel, hay mucho trabajo,
Jugar a soltar un gato en medio de perjuras ratoneras,
Para que aquellos tontos roedores suspiren por el relajo,
Mientras que un ser divino le siembra en la vida quimeras.



“¿Es que acaso estaré loco?”- que cuestión tan mas trillada,
Ya me harte de solicitar ese despreciado titulo de maniaco,
Hable al viento sin siquiera oír mi voz gemir como cascada,
Hasta sentir en alguna parte, un rayo de luz, helado y opaco.

Y La flor serena se mecía suave por el soplo puro que la tarde andaba,
Volteó a mi mirada con cara sencilla cual triste reclamo, como una aflicción,
Me miró a los ojos con mirada pilla, como si supiera lo que yo pensaba,
Dijo entre sus pétalos con voz de silencio, -de mi te has ganado esta reflexión-

jueves, 10 de mayo de 2007

TE ADORO CON EL ALMA.

Se podría crear versos a la noche dedicados,
pero la sombra no es rima sino tristeza,
Y la noche no arropa con dedos delicados,
Un amor profundo que la vida apresa.

Pues no hay noche serena ni de tal escala,
Que calme en su seno al hijo que llora,
Ni existe penumbra que envuelva en el ala,
Un cariño eterno que en el tiempo atora.

Las notas podrían bailar en el viento vago,
Dedicadas a un querer que con copas se olvida,
Pero la música seria vacía cual cristal sin trago,
Pues ese querer en vez de dar, te arrebata la vida.

Sin lugar dudas la música hasta a el alma ira,
Tan llena de jubilo, con sentir y fugaz pasión;
¿Pero acaso durara en el pecho con vida,
Para salpicar de esencia divina al corazón

Un pincel muy diestro con finos colores,
Podría dar reflejo del fin de la tarde,
Pero ni dios mismo lleno de dolores,
Reflejaría el amor mana una madre.

Mil matices bañarían un gran marco,
marcaría sus brillos litros de pintura,
¿Pero seria posible pintar cual zarco,
Un cariño fuerte lleno de hermosura?

¡Ni siquiera el mármol blanco de pureza,
Labrado con cincel plata y mano que arde,
Podrías lograr con detalle esta belleza,
De crear un ser con alma para llamar madre.

Podría ser yo un gran loco, músico o pintor,
Tal vez académico, sabio, tonto o escultor,
Pero fui poeta madre mía, de versos creador,
Que enlaza palabras con nudos de amor.

Podria hablar con mi vil garganta,
pero la tinta es mi unico lenguaje,
cual rosa fresca que a la mañana canta,
grito al universo el placer de mi homenaje.

Este mi homenaje, nace de mi esencia,
Bañado de aroma de mirra y orquídea,
Escribe latente, dicta sin coherencia.
Pues distrae el cielo que te tiene envidia.

Que te envidia con recelo la flor silvestre,
Y te alaba con devoción la luz del día,
Pues no pueden creer que grite al celeste,
¡Te adora con el alma, madre mía!

jueves, 26 de abril de 2007

ANZUELOS

Hoy termine de redactar un escrito, un libro, para participar en el VI Concurso Nacional de Cuento Juan José Arreola, los cuentos que tengo lo recolecte analize y edite los junte y los hice una sola obra. Todo por provocado por Martha hacia rato que no participa en nada y me anime, me esforce y lo acabe no se que vaya a pasar pero dijo mi carnal , “Que es mejor soltar anzuelos sin obtener resultado, que solo ver brincar peces”. Palabras más, palabras menos. Bueno.

Se que voy a competir contra verdaderos escritores, y no con principiantes como yo en este arte, si tal vez tenga historia buenas, (vaya hay va mi ego) pero no todas, soy sincero y relista.

Jose Juan murió por terminar Cruz de Jade, el bonete me sonrió irónico ante mis raíces de estrés, y Sebastián me dio ánimos cuando mire hacia el cielo. (son todos personajes) pero creados con un fin raro, vivir en una historia de 5 cuartillas y degollar el aburrimiento de cuatro minutos.

Hoy termine de redactar un libro de mis historias que vivo cada vez que mi mente esta ida, tengo la misma probabilidad de salir ganador que de encontrar una aguja en un pajar pero tengo fe.

Algún día, un político mal querido leerá por cinco minutos en voz alta mi obra. Entonces diré valió la pena soltar anzuelos.

lunes, 16 de abril de 2007

¿Entonces?

No soy un excéntrico, no soy un sabio, ni un poeta, ni un enamorado.

No soy el loco que nada en el mar de la soledad casando ballenas de luz,

No soy el halcón que sin piedad devora al conejo que se haya sentado,

No soy maldito, no soy el devoto que vive rezando sirviendo a la cruz.

No soy ya impulsivo, ni el serio, ni el modesto, ni el que lucha confundido,

Ni el calmado que yace cubierto por las cadenas blancas de la tranquilidad,

No soy cronocida, ¿Acaso es posible matar el tiempo? ¿O es un delito perdido?

-Sir Inquisidor, a este chaval le acusa con barullo, dio muerte a segundos con ferocidad.

-¡Tampoco soy Dios!- , que cosas tan locas me pongo a pensar, pero que alegría

Solo de pensar en esa fatiga desgastante del control del cosmos guiado a mi voz,

¿No estará estresado el líder supremo? ¿De escape seguro no tendrá una vía?

Que fastidio ese trabajo, buscar entre desorden el equilibrio del espacio en pos.

¿Verdad que no soy maniaco? ¡Por que talento no es! Tal vez yerro de estar ido,

A lo lejos oigo un franco grito -sentido suave eco por miles de voces de la algarabía.

-¡AMOR!- grita al horizonte la dama serena, ¿Un vestigio deja su amado que ha huido?

¿Acaso soy de esos hombres que toman el viento lo bañan de tinta y lo vuelven poesía?

“..El amor será el licor más puro. La mujer...la mejor de sus borracheras…”

¿A quien debo, esas palabras? Los labios solo se juntan y empiezan hablar,

“..Un idioma oculto hablaran dos bocas, cuando en beso sincero, el alma encendieras...”

Como es que una palabra que nace en la nada comienza a líneas crear.

¿Es acaso mi dilema?, ¿Falta la gran cuestión que plantear? ¿No son fáciles las dudas?

Por que si no soy ni sabio, ni enamorado. Ni loco, ni halcón, ni dios, ni impulsivo,

No soy –ya- maldito, ni cruel cronocida, tampoco tritón, ni crespo, ni brujo con curas,

-¿Entonces sí soy cual nemo?, ¿Entonces? ¿Seré un ser latente con corazón vivo?

Lunes 16 de abril de 2007

Luis Rangel Garcia

viernes, 30 de marzo de 2007

De cuando en Cuando

De cuando en cuando es bueno despavilarsey tener ganas de escribir solo por el gusto de hacerlo. Ese no es mi caso. Yo soy como el ofebre que quiere que el carbon de vuelva diamente, como el "maistro" que desea que un tabiques se vuelvan una casa. A veces hay que mover las manos para ver un escrito, y no dejar que la pobre pluma (o puntero) haga todo el trabajo.

Los que tenemos (creo que me incluyo) la facilidad de escribir, somos solo medios por donde las ideas se plasman en frutos del mundo, somo como los canales que llevan el agua del manantial al huerto, que de cuando en cuando desviamos el caudal por la rama suave de la poesia, por los turbulentos caudades de la politica, por las cristalinas charcas del amor.

Cuando una idea llega la plamamos asi. Cuando tenemos muchas aguas se reunen en un presa para liberarse cuando se necesitan, pero se agotan. Entre mas se abre la campuerta mas aguas llegan. Tampoco hay que dejarla abierta siempre pero aunque sea de cuando en cuando.

jueves, 15 de marzo de 2007

Tengo ganas de escribir

Hoy tengo ganas de escribir como lo hace todo mundo, sin adornos y con gracia. Como cuando un pájaro cantan en el ultimo árbol de en medio de la gran avenida a la hora pico del trafico. Nadie lo escucha, solo el sabe que canta de amor, de penas, de alegría. Solo el sabe que le canta al futuro, que le dedica su sinfonía a sus sueños. Que le canta a la quimera de llegar volando a la luna. Solo él lo sabe.

A veces me siento como esa ave. Que escribe en el viento palabras con música que nadie oye u oirá. Pero recuerdo que ese pájaro tiene alas. Que lo llevan a donde quiera (a la luna si este quiere). Y caigo en cuenta que tal vez no nací para escribir como lo hace todo el mundo.

Que si quiero llegar a que escuchen "mi música" tengo que volar de aquel árbol de en medio de la avenida. O tal vez, solo tal vez necesito mejorar cada nota y copas, emocionar a cada rama, hoja y fruto del árbol antes de tratar de hacer que mi "canto" lo oiga el mundo.

Hoy tengo ganas de escribir como lo hace todo mundo, sin adornos y con gracia. Tal vez algún día lo logre.

Pero esa… es otra historia.

miércoles, 10 de enero de 2007

Y SIGO VIVO

Y sigo vivo,

En el silencio del caos,

En el momento que era,

En la guerra de la paz,

En lo plano de la esfera,

En las lágrimas del tiempo.

Y sigo vivo,

En las palabras mundiales,

En la espuma de la ola,

En los deseos tan mortales,

En la reunión de la sola,

En los sueños abismales.

Y sigo vivo,

A pesar del duro trote,

A pesar de los segundos,

De que la fuerza se agote,

A pesar de los inmundos,

A pesar de aquel azote,

A pesar de los que cegan,

A pesar de lo que aflote,

A pesar de los que juegan.

Y sigo vivo,

A pesar de los ladrones,

A pesar del viento loco,

A pesar de eso que lo pones,

A pesar de a donde voy,

A pesar de esos tus sones,

A pesar de lo que soy.

Aun sigo vivo.

Luis Alonso Rangel García