viernes, 30 de marzo de 2007

De cuando en Cuando

De cuando en cuando es bueno despavilarsey tener ganas de escribir solo por el gusto de hacerlo. Ese no es mi caso. Yo soy como el ofebre que quiere que el carbon de vuelva diamente, como el "maistro" que desea que un tabiques se vuelvan una casa. A veces hay que mover las manos para ver un escrito, y no dejar que la pobre pluma (o puntero) haga todo el trabajo.

Los que tenemos (creo que me incluyo) la facilidad de escribir, somos solo medios por donde las ideas se plasman en frutos del mundo, somo como los canales que llevan el agua del manantial al huerto, que de cuando en cuando desviamos el caudal por la rama suave de la poesia, por los turbulentos caudades de la politica, por las cristalinas charcas del amor.

Cuando una idea llega la plamamos asi. Cuando tenemos muchas aguas se reunen en un presa para liberarse cuando se necesitan, pero se agotan. Entre mas se abre la campuerta mas aguas llegan. Tampoco hay que dejarla abierta siempre pero aunque sea de cuando en cuando.

jueves, 15 de marzo de 2007

Tengo ganas de escribir

Hoy tengo ganas de escribir como lo hace todo mundo, sin adornos y con gracia. Como cuando un pájaro cantan en el ultimo árbol de en medio de la gran avenida a la hora pico del trafico. Nadie lo escucha, solo el sabe que canta de amor, de penas, de alegría. Solo el sabe que le canta al futuro, que le dedica su sinfonía a sus sueños. Que le canta a la quimera de llegar volando a la luna. Solo él lo sabe.

A veces me siento como esa ave. Que escribe en el viento palabras con música que nadie oye u oirá. Pero recuerdo que ese pájaro tiene alas. Que lo llevan a donde quiera (a la luna si este quiere). Y caigo en cuenta que tal vez no nací para escribir como lo hace todo el mundo.

Que si quiero llegar a que escuchen "mi música" tengo que volar de aquel árbol de en medio de la avenida. O tal vez, solo tal vez necesito mejorar cada nota y copas, emocionar a cada rama, hoja y fruto del árbol antes de tratar de hacer que mi "canto" lo oiga el mundo.

Hoy tengo ganas de escribir como lo hace todo mundo, sin adornos y con gracia. Tal vez algún día lo logre.

Pero esa… es otra historia.