lunes, 5 de mayo de 2008

El hombre de federalismo

Una historia extraña me pasó hace días, vaya coincidencia,
Pero ya la vida marca algunas cosas que tienes que ver,
Iba caminado casado, ya me no quedaba traza de paciencia,
Todo fue real, aunque extrañamente nulo de creer.

Me abordo de pronto, iba en una bici, un viejo señor,
si mas que la duda sobre mi opinión sobre la avenida,
-esta esta descuidada- le conteste aprisa pues tenia calor,
-si acaso supieras que en años pasados gozaba gran vida-

-Esta era la gloria desde la calzada, pasando por Juárez,
lo recuerdo bien- me dijo serena su memoria añeja,
no por sus palabras ni por el frenado se de esos dos mis pies
yo quede pasmado, pues hablaba en entonces de una urbe vieja.

-En verdad recuerdo mi chaval amigo, por esta te juro,-
dijo haciendo en mano la santa señal,- que poco sea hecho,
hay mas destruido, a mi ni gusta que abajo del polvo ya no brille oro,
¿No lo crees tu acaso?- cuestionó de pronto-¿no tengo razón?

Gire la cabeza, mirar la vía, smog y basura, maderos tirados, pura porquería,
No espero respuesta, la intuyó a mis gestos, se subió a su bici y luego partió,
Pedaleó en la duda de aquel tiempo exacto que su perla amada ya no luciría,
En el noticiero del otra mañana, dicen que una sombra al bosque prendió.

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